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02/02/09 Y ahora �a quien echamos la culpa?

Y AHORA ¿A QUIÉN ECHAMOS LA CULPA?

 Jacobo Maestre ha sido cesado. A pesar de que ya me lo venían avisando desde hace semanas no acababa de creérmelo, y hoy, un SMS traicionero me ha confirmado la noticia. Entre la incredulidad y la irritación he pasado el resto del mediodía hasta conseguir encontrar una razón para el cese. Créanme, no la encuentro.

 ¿Quizás no haya cumplido objetivos? Evidentemente no debe ser eso. Un equipo que se presentó para consolidar la categoría y que se encuentra a un solo punto de los equipos de promoción de ascenso ha cumplido con creces sus metas.

 ¿El equipo no ha jugado bien? Opinión casi unánime es que hacía tiempo que no se veían partidos como muchos de los disputados este año. Sobre todo en casa. Écija, Cádiz, Melilla, Lucena son algunos ejemplos.

 Probablemente no haya sido un entrenador mediático pero sí capaz y sobre todo honesto. Eso todos se lo agradecemos. Lamentablemente, él no sabía que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Algunos hasta tres veces.

 En tercera división se fulminó a Torreca cuando era cuarto. El Valdepeñero no era santo de mi devoción, ni de la de casi nadie, pero todos estuvimos de acuerdo en que no fue el momento adecuado. El premio por su despido fue recibir a Antonio Cabezuelo “Rojo”, cuya mayor aportación fue la goleada a un desahuciado Hellín con Cuqui como verdadero culpable. Antes del desastre total se fichó a De La Nieta.

 Al pobre Pedro le echaron a los leones olvidando rápidamente que había ascendido al equipo de tercera a segunda división B y había hecho una buena primera temporada en la categoría de bronce. Muchos achacaron su éxito a su gran plantilla y presupuesto, restándole cualquier resquicio de mérito y olvidando que equipos como el Oviedo (con Lobo Carrasco de entrenador en una temporada, por cierto) o el Toledo, siguen pudriéndose en el fango de la tercera con plantillas confeccionadas a la carta. En su tercera temporada aguantaba dignamente el traumático cambio al grupo IV y sin embargo no se comió el turrón; y el roscón de reyes lo hizo ya como ex entrenador y ante la prensa. Hoy en día, el entrenador que devolvió al Puerto a la gloria, es casi un apestado simplemente por defender a su amigo Hontecillas en el juicio contra el club. Tema que no conozco y por lo tanto prefiero pasar por él de puntillas. Tras Pedro llegó Manolo Hierro. Un tipo pinturero y supuestamente poseedor de cierto gracejo andaluz. Cuyo poder mediático era inversamente proporcional a sus conocimientos como entrenador. Entre sus hazañas, y después de conseguir un par de buenos resultados, está la peor racha de la historia del club. Un figura que además sigue vendiendo en su tierra las desdichas de su injusto cese, tachándonos poco menos que de catetos a babor. La plantilla que entrenó no la hizo él y damos gracias a Dios que no la hiciera, viendo sus aportaciones en el mercado invernal.

 Jacobo tampoco hizo el equipo pero eso no parece importarle ahora a nadie. Lo tomó casi de prestado y estuvo en la cuerda floja desde la primera jornada. “Este chico no es mediático, no tiene experiencia y caerá por su propio peso”-pensaron. Sin embargo, aquel chaval al que todos conocíamos porque era raro no haber jugado con o contra él de más jóvenes, resulta que se había ido a hacer los "madriles" y vino avalado como director de una escuela deportiva de relumbrón como la de Las Rozas, donde lo veneran. Y se puso a ganar partidos, y a jugar bien, y llegó a puestos de promoción. Solo se le podía poner un pero: Los viajes no eran lo suyo a no ser que fueran a África.

 Pero lo más importante es que no le cuadraba al director técnico. Un señor que tiene como aportación meritoria el fichaje de Tariq, que no es poco, pero que también nos ha colado perlas como Raúl Fernández. Analizando la plantilla de esta temporada se puede observar que no se ha mejorado claramente en ninguna línea. Salvo el diecinueve, un gran delantero, y algo de Granada, el resto de los jugadores más regulares de esta temporada ya estuvieron en la anterior: Valdés, Encinas o Manu Arias. Algunos como Hernández, Germán o Raúl Medina, son buenos jugadores pero no mejoran claramente el pasado. Otros, como Raúl Fernández, Pomar , Rojas, Ortiz o Moke empeoran claramente lo que había. Caso flagrante es el primero de los defensas. Se nos cae el alma al suelo cuando vemos que su predecesor en el puesto se pasea por los campos de tercera (sí, donde está el Oviedo que una vez entrenó Lobo Carrasco) mientras él nos deleita con jugadas tan meritorias como las de Linares. Y finalmente están los que se  supone que son buenos pero que todavía no les hemos visto: Oscar Ventaja.

 Pues sí, como no le cuadraba a Giménez se lo han cargado a la menor ocasión. La decisión estaba tomada, no nos engañemos, pero han esperado a que el equipo se cayera de la promoción de ascenso para no quedar como Cagancho en Almagro. Claro que la inocencia es mayúscula sin pensaron que siendo quintos a un punto del cuarto a la gente le iba a sentar mejor.

 ¿Y el futuro? Pues está clara la declaración de intenciones. El que venga debe entrar en promoción sí o sí. El resto sería un fracaso con mayúsculas. Ojo, si el equipo queda entre los cuatro primeros que nadie olvide que más de la mitad del mérito es de un señor entrenador que quiso que su equipo jugara bien para conseguir el objetivo de la victoria. Que era de Puertollano, que entrenaba a su equipo del alma y que probablemente no lo hacía por una gran cantidad de dinero. Ni mucho menos.
Pero qué pasaría si el equipo no queda entre los cuatro primeros ¿A quién le echaríamos la culpa entonces? Al nuevo entrenador por supuesto que no. Se escudaría en aquella frase que dijo el gran Manolo Hierro: “este equipo no lo hice yo shavales”. Al director técnico tampoco. Al fin y al cabo, el no ha entrenado al equipo. Entonces ¿a quién?

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