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OTRA VEZ PERDIGONES, Y OTRA VEZ LA FALTA DE GOL

Ambas cosas eran previsibles en el día de hoy. Una de ellas se puede arreglar con trabajo, entrenamientos, miles de lanzamientos a portería, que te cambie la suerte, ¡que se yo!, pero la otra… la otra creo que no tiene arreglo.

Y no culpo yo a Perdigones Pacheco (que como habrán comprendido es lo que no tiene arreglo), que tiene su parte de culpa, y no poca, a quién culpo de verdad es a quién lo pone a arbitrar este tipo de partidos. Un tipo que en un Ceuta-Puertollano te deja con nueve hombres, te pita dos penaltis en contra y te saca multitud de tarjetas no lo puedes enviar a pitar a la cueva de los leones, a casa del equipo perjudicado por aquel arbitraje que no se olvida, porque sinceramente parece una PROVOCACIÓN, y más con los tiempos que corren.

Aquel partido quedó registrado por las cámaras de Castilla la Mancha TV, para más INRI de los aficionados azules que no pudieron aplicar la frase de “corazón que no ve, corazón que no siente”, hoy curiosamente el partido también ha sido televisado, en este caso para Ceuta por una televisión local. Se ve que al tal Perdigones y sus ¿ayudantes? les va esto de las cámaras. Claro, así es más fácil decir luego “¿Lo he hecho bien jefe?”, donde el jefe será el mismo que lo ha designado para venir aquí.

Perdigones se caracteriza por ser un árbitro casero, un árbitro que subió de 2ªB a 2ªA en la temporada 2005/06 para volver a bajar en la 2006/07, por algo será. Decimos que es un árbitro casero y de hecho sus números así lo indican, ya que desde la temporada 2004/05 hasta el día de hoy ha pitado un total de 67 partidos, de los cuales tan sólo 8 han sido victorias visitantes. Es un dato al menos, curioso.

Hoy no lo ha sido tanto, quizás porque el rival del Puertollano era el Ceuta, equipo que no ha perdido nunca cuando el árbitro era Perdigones (Ceuta 1-0 D. Benito; Ceuta 0-0 Mérida; Ceuta 3-0 Puertollano; y Puertollano 0-0 Ceuta). No quiero hacer caso a los rumores que dicen que este colegiado vive en Algeciras y trabaja en Ceuta, porque no lo se, y si les digo la verdad no quiero ni saberlo porque sería ya rizar el rizo de los despropósitos.

No era la primera vez que visitaba Puertollano. La primera fue en un Puertollano 3-0 Gimnástica, después el Águilas se llevó un 1-1 y luego está el partido de hoy, que además del comentado Ceuta 3-0 Puertollano son las cuatro veces que los azules han tenido como juez de la contienda a Perdigones Pacheco.

Hoy sólo tardó 1 minuto en poner en pie al respetable anulando un gol a Valdés, al menos, muy discutido. Después no vio un codazo sobre el propio Valdés, y sacó una amarilla a Tariq, que le impedirá jugar el próximo encuentro ante el Écija, por protestarle que le estaban inflando a patadas. Eso sin contar, las múltiples faltas pitadas a favor de los ceutíes cada vez que había algún roce en el juego.

Que quede claro que esta declaración de intenciones no es ni mucho menos una excusa para justificar el empate, que a mi parecer a sido justísimo, sólo que con la cantidad de árbitros que hay veo innecesario mandar a este a dirigir este partido con los antecedentes que traía.

Y luego está lo nuestro. El miércoles pasado decíamos en la crónica del Puertollano-Melilla que a pesar del partidazo de los de Jacobo Maestre, seguía la falta de gol. Dos goles se marcaron ese día, pero uno de falta y otro de penalti. En jugadas hilvanadas, na´de na´.

Hoy ha pasado tres cuartos de lo mismo, y es ya preocupante porque los objetivos del equipo parece que de verdad han cambiado considerablemente. El mercado de invierno se cierra en pocos días, ¡queda tiempo! Para traer un delantero que ayude a ese tanque que tenemos de pichichi.

La semana que viene tenemos una prueba de fuego, el primer partido sin Tariq, y no sólo por los goles sino por el trabajo que realiza. Decía Jacobo en rueda de Prensa que va a ser el primero en mucho tiempo que ganemos fuera de casa. Encenderemos una vela por si acaso, para que no se note en falta lo mismo que hoy se ha añorado a Encinas o Manu Arias.

Sigan disfrutando y no pierdan la paciencia.