La memoria futbolística es demasiado frágil, a la misma vez que la ilusión en cualquier deporte brota con demasiada facilidad.

Hace tan sólo 5 meses, la UD. Puertollano estaba luchando por permanecer con más pena que gloria en la categoría de bronce del fútbol español. Al final se consiguió, aunque no era ese el objetivo en un principio. Después de un final de liga (06/07), donde se rozó el play off en la primera temporada en Segunda B de los azules, después de 20 años en tercera, el objetivo para el siguiente curso era ni más ni menos intentar que la 07/08 fuera la temporada grande de la UDP. Tocó el grupo IV, y tocó sufrir. No era oro todo lo que relucía y la palabra ASCENSO era algo al alcance de muy pocos.

Con mantenerse nos podíamos dar con un canto en los dientes, pero el equipo se colocó 4º, la afición se ilusionó…. otra vez, y vinieron los problemas.

El tiempo ha dado la razón a los que pensábamos que ir poco a poco al final da sus frutos, y de paso te ahorras berrinches innecesarios. No voy a volver a hablar del infierno del final de temporada pasado, el equipo se salvó y eso es lo que al final sale en los libros a primera vista.

Pero comenzó otra temporada, y vamos camino de cometer el mismo error, si no lo hemos cometido ya. En un principio la palabra permanencia y los famosos 45 puntos estaban en boca de todos. “Primero la salvación, y después ya veremos”, se comentaba en los círculos futbolísticos de la ciudad. Pero enseguida eso se cambió por “este año si, tenemos equipo para los play off”. Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra, porque un alto porcentaje de los que ahora mismo están leyendo esta columna han pensado eso en algún momento de la temporada.

Y es un error. Sinceramente creo que hay equipo para estar donde está, un equipo que no debe pasar apuros en un grupo dificilísimo (que ya es un logro) y que si suena la flauta y se está en la pomada (algo realmente difícil para la mayoría de equipos cuando lleguen las últimas jornadas) intente dar un zarpazo definitivo. Si no, el pase a la Copa del Rey (que este año he echado de menos) sería un gran premio, para intentar dar el salto definitivo la temporada que viene.

La gente ya no se acuerda de los 45 puntos, y a veces está muy bien ser ambiciosos, pero no debemos pedirle peras al olmo…. Al menos todavía. Vamos por partes, que luego los sobresaltos y los disgustos sientan muy mal. El tiempo dirá si la calabaza se convierte en carroza o si después de las 12 nos quedamos como estamos.

Hoy se ha vuelto a ganar, por 1-0 y sin jugar demasiado bien, aunque el mister piense lo contrario y quiera que le hagamos negocio a las Ópticas de Puertollano (les remito a la rueda de prensa). Pero quién me conozca, sabe que a estas alturas de la partida, tres puntos son tres puntos, y valen lo mismo que si se hubiese ganado al Cádiz, al Poli Ejido o al Linares por poner tres ejemplos de partidos donde el Puertollano fue superior, jugó bien pero se quedó con dos puntos sobre nueve.

Lo bueno el colchón que se ha vuelto a formar con su más inmediatos perseguidores. Cinco puntos al Marbella, y seis a Ceuta, Guadalajara, Conquense, Lucena y Linares.
Por último, no quiero dejar pasar por alto a los chavales de Las Rozas. Unos niños que no han parado de animar durante todo el encuentro, tampoco han parado de saltar, aunque claro, con el frío que hacía esta tarde no me extraña nada tampoco, y que han dado un claro ejemplo de cómo se debe animar a un equipo. Como se debe hacer retumbar un estadio, sin tambores, sin bombos, sin panderetas, sin megáfonos, sin nada. Tan sólo con sus palmas y con sus vocecillas, que a parte de animar al Puerto se desgañitaron animando a su ex entrenador, un tal Jacobo Maestre. Algo haría bien este hombre para dejar esa huella en los chavales.

Sean Felices y disfruten de la victoria.