Si pueden, les aconsejo que no se pierdan las ruedas de prensa del día de hoy. Las pueden escuchar al final de nuestra crónica del partido.

La rueda de prensa de José Luís Burgueña me ha hecho recordar tiempos pasados, por otra parte felizmente olvidados, pero que ahora podemos ver “y escuchar” en otros equipos. Y es que el Linense tras el partido de hoy, sigue colista con la friolera de 13 partidos consecutivos (es decir todos desde comenzó esta temporada) sin ganar. ¿Les suena esto de algo?

Les remito a que lo escuchen, pero les voy a apuntar algo, que aunque a nosotros nos traiga lamentables recuerdos parece que no salió de nuestras fronteras. Tras la pregunta de un compañero de La Línea de la Concepción, ¿tiene algún antídoto para acabar con esta racha de 13 partidos sin ganar? siguió una respuesta, al menos curiosa, que nos hizo mirarnos a los que estábamos allí. “Es la primera vez que me pasa algo así. Además no creo que le haya pasado antes a ningún entrenador”. Les da risa la respuesta ¿a que si?.

En ese momento el fantasma de un tipo con el pelo engominado y bastante labia y gracia al hablar, se paseo por la sala de prensa, señalándose con el dedo índice al pecho, como queriendo decir “A mi sí me pasó, y no una sino dos veces, en el Málaga y en el Puertollano”. Cerré los ojos rápidamente y los volví a abrir. Burgueña seguía con su rueda de prensa y el “fantasma” se había marchado. Uff, que susto. Dos partidos le quedan, según la prensa blanquinegra, a Burgueña para entrar en el record guiness de la Balompédica Linense, que está en quince partidos sin ganar. Ojala no sea así y pronto encaucen una racha de buenos resultados, porque sin llamarse Cádiz, ni Poli Ejido, han hecho sudar a los de Jacobo para que su contador se ponga desde hoy de nuevo a cero, tras cinco interminables jornadas sin ganar. ¡Que miedo me daba!

Por otro lado estaba Jacobo, que poco a poco va desenvolviéndose con los medios. Hoy su rueda de prensa ha durado 5 minutazos, donde como siempre ha sido claro y conciso. Se le veía alegre, (como para no estarlo), y descubrió que tras el descanso el equipo cambió por el trabajo psicológico en el vestuario. Ahí queda eso.

Y mientras en un sitio predomina la tristeza, en otro todo lo contrario. La alegría vuelve al Sánchez Menor, porque yo creo que aunque el equipo jugara bien, predominaba más la preocupación que la sonrisa, pero hoy ha habido hasta carcajadas ( o si no miren nuestro aficionado de la semana).

No ha sido un partido para enmarcar, pero los tres puntos se han quedado en casa, y viendo los resultados de la semana, los azules se colocan a 1 sólo punto del Jaén (4º), al que ya ha empatado el Melilla de Conget y Ramos, que viene como un tiro y a cuatro del Poli Ejido, que no ha pasado tampoco del empate ante el Granada de Candela.

La portería se ha vuelto a quedar a cero, y los goles han vuelto al estadio puertollanero. Uno lo ha marcado Germán, un golazo que entró como un obús en la portería de David Pérez, el primero en su cuenta particular en esta liga que celebró llevándose el dedo a la boca pidiendo silencio. Supongo que no gustó que se escucharan algunos pitos antes del descanso, pero ya me lo decía un jugador “Esto es segunda B”, y es cierto, pero es que la gente aquí tiene poca paciencia, supongo que como en cualquier sitio.
El otro gol lo ha marcado el de siempre, que en vísperas de su partido con Ronaldo y con Zidane, ha dejado como lleva diciendo toda la semana, los deberes hechos antes de irse. Esta noche le costará conciliar el sueño, quizás sea por su reconocido miedo a los aviones, o quizás porque mañana su compañero de vestuario no será ni Granada, ni Honorio, ni Valdés, será un tipo llamado Zinedine Zidane. El de la volea que dio al Madrid su novena Copa de Europa ¿Saben quien es no? Sino pongan mañana la tele a las seis de la tarde, y en CUATRO podrán ver al genio del quién les hablo y a nuestro Tariq. ¡Anda que si le da por marcar un chicharro también allí!

¡Enhorabuena y a disfrutar!, y a ustedes les veo la semana que viene. Ah, por cierto, si ven al fantasma de antes, crucen los dedos en forma de cruz, cierren los ojos y desaparecerá.