Logo desde la grada
CUANDO UN EMPATE SABE A VICTORIA

La semana pasada titulaba esta columna “De ocho, dos… y medio”, refiriéndome a que de ocho partidos que restaban para la conclusión de la liga, el Puerto tenía que ganar dos y al menos empatar otro, para respirar de una vez por todas y mantenernos en la categoría.

Hoy, en un campo muy difícil, hemos conseguido ese medio al que yo me refería siete días atrás. De todos es sabido que en un empate, cada equipo suma un punto, pero hay partidos en los que la sensación al final del mismo te deja un dulce o un amargo sabor de boca, según seas aficionado de uno u otro equipo.
En el día de hoy, el sabor dulcecito le ha tocado saborearlo a los jugadores y aficionados azules, y es que, es muy complicado aguantar ante el Cartagena, en su campo, con dos hombres menos y durante veinticinco minutos. Eso lo ha conseguido el equipo de Manolo Hierro, a los que, una de las cosas que menos se le puede recriminar es que se dejan todo sobre el césped. Se ha sufrido sí, pero al final ha merecido la pena.

Algunos aficionados locales miraban extrañados, la efusividad con la que los azules celebraban el punto conseguido, pero es que no era para menos. Un punto aquí lo firmaba yo incluso el viernes pasado, lo firmaba en el descanso con 11 jugadores, a si es que no digamos ya a partir del minuto 71 de partido. Quizás en el cómputo de puntos esto no sea una victoria, pero puede que si lo sea en la moral de unos jugadores, que de un tiempo a esta parte se la pisaban como el que se pisa los cordones de las zapatillas. Seguro que este puntito viene de maravilla en el seno del equipo.

El que no haya visto el partido en directo, o ni siquiera la haya seguido por nuestro carrusel se preguntará el porqué de estas afirmaciones que acabo de escribir. Dije en su día, que bastaba ya de excusas, que cuando no era el árbitro eran las lesiones, o vete tu a saber, pero hoy, de nuevo los industriales han acabado de nuevo con nueve jugadores sobre el terreno de juego. ¿Justas las tarjetas? Una no y otra si…pero no, y me explico. La roja a Juli, creo que excesiva. Una falta en el centro del campo, por mucho que uno levante la pierna, siendo juego peligroso, no lo considero tarjeta roja directa. Amarilla, si, bastante clara, pero con eso, tratándose de Juli, ya contábamos nosotros y él, de hecho es su función, destruir y parar el juego del contrario, y eso conlleva que veas más que ninguno el color amarillo chillón de las tarjetitas.

Pero vamos con la segunda y agárrense a lo que tengan a mano, que se van a quedar de piedra. Manu Arias protesta la expulsión de Juli (cosa que es una chiquillada, sabiendo que ya tiene una amarilla, pero totalmente entendible viendo el calentón y la adrenalina que en esos momentos te desborda). El árbitro le muestra la amarilla, es la segunda. Roja y a la ducha. Hasta ahí todo normal y entendible, pero lo que hace a uno cuestionarse muchas cosas es la explicación que el señor Méndez Caballero le dio al central del Puertollano. “Te la he sacado por protestar, pero es que no me he dado cuenta que ya tenías una amarilla. Si me doy cuenta no te la saco”. Estas palabras son la explicación que Manu Arias daba a nuestro compañero Fernando Romero cuando le preguntaba por la jugada. Esto demuestra que cuando decimos que los árbitros son malos no lo decimos por gusto, o porque hayan perjudicado al equipo al que animamos, sino porque lo son de verdad. ¿No tendría un árbitro que saber las tarjetas que lleva cada jugador? ¿Aunque ya lleve una tarjeta amarilla, si se merece otra no se la debe sacar igual? ¿A cuento de que esa respuesta, acaso se arrepentía de la roja a Juli?¿Querría compensar el gol que anuló a los cartageneros al final del primer tiempo? Son preguntas, que sólo tienen respuesta en la cabeza de estos árbitros. Por cierto, no se pierdan las ruedas de prensa. Hierro, harto ya de este tipo de arbitrajes dijo “al que todos sabemos, sólo le ha faltado rematar de cabeza”. Más claro el agua.

En definitiva, que un punto es siempre un punto. Lo importante es ir sumando, y pensemos ya en el Águilas, que aunque la racha de partidos sin ganar haya subido a ocho, el de hoy es un punto de inflexión. Nuestros verdaderos partidos importantes serán ante el Alcalá, Algeciras, Lucena o Talavera. Tranquilos, que al final nos sobrarán puntos.

Por último no quiero despedirme, sin dar un aplauso y una colleja. El aplauso, como casi siempre, para la afición que acude a los campos a animar a los suyos. Basta con mirar dos cosas, el madrugón de los que han venido en autobús desde Puertollano y la leyenda en las camisetas de los que por cuestiones laborales viven en tierras murcianas “Hoy jugáis en casa”. Chapeau. Tan sólo una pega, ¿porqué no se juntan todos?. Hoy estaban todos en el mismo fondo pero muy desperdigados.

Ahora la colleja, a los responsables de la prensa del FC Cartagena. No entiendo como un campo de fútbol con esas instalaciones, hace que la prensa foránea esté al aire libre, fuera de las cabinas de prensa con un chorro de aire que choca en nuestras espaldas durante todo el partido. ¿No existen cabinas para prensa visitante en un campo de “esta categoría”? Además habiendo cabinas grandes, donde sólo había una persona (y ahí están las fotos), pero claro, cuando te dicen que “nosotros metemos a la prensa donde nos da la gana”, no hay más que discutir. Eso sin contar, que en Cartagena, los fotógrafos no pueden pasar a las ruedas de prensa¡!¡!¡!. Ver para creer, y encima yo soy el impresentable. Para que luego en algunos partidos, en Puertollano hagan lo imposible para que la prensa foránea esté bien, aún a expensas que los perjudicados seamos los propios miembros de la prensa local.