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LOS BARCOS NO SON LOS �NICOS QUE ATRACAN

Mal empezaban las cosas cuando el equipo, la tarde del sábado tuvo que viajar desde Algeciras a Ceuta, en un barco de los denominados “lentos”, porque tal y como estaba el oraje, los “rápidos” habían sido suspendidos. La diferencia entre ambos (2 horas más de viaje).

Muchas veces he escuchado que una sola persona puede variar el devenir de un partido.

En estos casos, nos viene a la memoria siempre la figura del delantero. Ese que por su rapidez, su desborde o sus regates llevan el peligro constante a la portería contraria. Es el que hace los goles o muchas veces el que los da. Di Stefano te ganaba el solito un partido o una Copa de Europa. Más ligado a nuestros tiempos, Maradona llegó a dar el solo una liga al Nápoles o un mundial a Argentina (…¡Ay! aquella mano de Dios o aquella jugada del barrilete cósmico dejando atrás jugadores ingleses, en lo que se ha denominado la mejor jugada de todos los tiempos). Me vienen muchos a la cabeza, Zidane, el mejor Ronaldo, Messi, …todos ellos capaces de todo,… y de nada cuando no es su día, que también pasa.

En el lado opuesto está el que cambia el resultado, para mal de su equipo. Aquí encontramos menos, aunque también los hay. Podemos recordar un central del Madrid llamado Spasic, o mismamente y no hace mucho, Pablo, el central del At. Madrid se la lió el solito a su equipo. En estas ocasiones, muchas veces, hay compañeros de equipo que te salvan el culo resolviéndote luego la papeleta. (Pueden volver a leer el párrafo anterior).

Pero, después de ver y analizar estos dos casos, aún me queda otro. El que nadie querría que apareciese en ninguna crónica, en ninguna columna y en ninguna foto como protagonista. El que con sólo un soplo de aire surgido de su boca, con el que hace sonar un aparatito que se llama silbato puede echar por tierra el trabajo de toda una temporada, el entrenamiento de varios meses, la ilusión de todo un colegio, pueblo, ciudad o nación. Forman parte de este juego, están ahí, no podemos evitarlo. Quieren protagonismo porque ellos son “en su mayoría” jugadores de fútbol frustrados (y que me perdonen mis amigos árbitros, que se que también leen esta columna. Supongo que han aprendido a vivir con las críticas). Antes eran los señores de negro, ahora van a la moda, de rojo, de amarillo, de verde o de fucsia. Como a ustedes les tengo por personas inteligentes, supongo que ya han adivinado que los personajes a los que me refiero son…los árbitros.

Lamentable la actuación del señor Perdigón, que se ha encargado de que algunos, hayan dejado de ver la retrasmisión del encuentro en el minuto 25 de partido. Sus dos primeras decisiones fueron erróneas, excesivas en su interpretación y desastrosas para un equipo que ha tenido que soportar un viaje con “cruce del estrecho” incluido.

A lo mejor es que quiso contribuir a lo que yo he denominado “la maldición del lateral izquierdo”. Me explico. Cuando se supo la baja de Candela (por favor, no faltes más), todo el mundo especuló con quién podría ser su sustituto. Gorrasi, su recambio natural, se queda en Puertollano porque sigue teniendo molestias de última hora (si hoy no ha jugado el argentino, la verdad, no se cuando lo va a hacer). Encinas cubrió ese flanco. Resultado: expulsado a los 10 minutos. Luego ocupó el puesto Carlitos Sanz, que a los 25 minutos siguió el mismo camino que su compañero. Después Aitor Goñi, cambiado por Suffo en el 75’. Y por último Marchiori, que fue el último en ocupar el puesto de lateral. Es la primera vez que en un partido veo a 4 jugadores distintos ocupar el mismo puesto, curiosamente, el puesto que sólo ha tenido un inquilino durante todos los minutos, de todas las competiciones que la UD. Puertollano ha jugado esta temporada.

Parte de culpa de este desaguisado, la tiene como hemos dicho, el señor Perdigón. El viaje de vuelta hasta Algeciras será de nuevo en barco. ¿Viajará de vuelta junto a la expedición del Puerto? ¿Se mareará el pobrecillo? Por lo visto hoy, un mal viaje en barco puede afectar la vista de una persona. Por lo menos, en el barco ya no puede expulsar a nadie....espero.  
Es curioso, cuando el barco llegue a puerto, atracará. ¡¡¡ No, por Dios, más atracos hoy no!!!

El aficionado de la semana